“Organismo en el aire” es el título de una canción de Spinetta, quizás uno de sus temas más bellos. Lo recordamos al afrontar el proyecto de un pequeño parador, cuya premisa consiste en hacer contacto con el suelo que lo sustenta en un grado mínimo. Una cuestión de sustentabilidad: preservar el preciado médano, fundamental para el ecosistema de la playa. Se trata entonces de pensar un “organismo”, y todo edificio lo es en sentido moderno, “en el aire”. Un aire que nos hace sentir, como dice la letra de la canción más adelante, una cierta ansiedad del abismo.